Cuando Edu, un lusitano de 9 años, llegó a la vida de Mónica Anaya, ella no sabía que una alergia en la piel de su caballo la llevaría a fundar la única lavandería especializada en la limpieza de textiles ecuestres en México.
“Todo comenzó con una alergia. Cuando le quitábamos las vendas al caballo estaba bien y después comenzaba con ronchas, al poco tiempo esas ronchas supuraban y, por lo tanto, el caballo estaba demasiado irritado. Comenzamos a tratarlo con pomada, antihistamínicos y el veterinario me recomendó lavar todas sus cosas”.
“Yo las comencé a lavar en casa en una lavadora normal y pese a que primero las cepillaba y las aspiraba, al final seguía quedando pelo, pero sobre todo jabón; cuando llegué a usar la karcher, se maltrataban o rompían las telas; obviamente cuando se las volvíamos a poner, Edu volvía a irritarse”, explica la amazona, quien desde hace algunos años practica adiestramiento.
Siguiendo el consejo de lavar las prendas de manera continua y con miras a encontrar una solución, Mónica decidió probar en una lavandería que contara con equipo industrial y sí, estos equipos fueron la respuesta; sin embargo, la solución no duró mucho tiempo ya que la lavandería dejó de prestarle el servicio cuando se enteraron el tipo de “ropa” que llevaba a lavar.
Así fue como surgió la idea de adquirir su propio equipo, lo que también traería consigo nuevas necesidades: contactar a un ingeniero químico para poder establecer cuáles serían los mejores productos a utilizar, pero, sobre todo, cuál sería la fórmula ideal para mantener equilibrado el PH del caballo.
“Desarrollamos diferentes fórmulas, porque cada determinado tiempo tiene que entrar cierto producto para que se pueda lavar, enjuagar… desengrasar. Porque una cosa es lavar normal y otra cosa es ir dosificando los productos que utilizamos para poder remover todo lo que viene impregnado en las telas”.
“No fue un proceso sencillo, las fórmulas se fueron modificando hasta encontrar el equilibrio ideal en los componentes, incluso eliminamos algunos químicos que descubrimos evitaban la transpiración del caballo a través de las mantillas y vendas principalmente, lo cual también provoca irritación en la piel de algunos caballos”, agrega Mónica.
Los equipos comenzaron a extraer los residuos de jabón impregnados en las telas de todo lo que usaba Edu, esto, en conjunto con el tratamiento recomendado por el veterinario, ayudó a resolver el tema de salud del caballo.
Con lavadora y secadora de tipo industrial montadas y funcionando, Mónica tomó una decisión: ayudar a los demás y ofrecer el servicio a otros jinetes y propietarios de caballos. Así nació Eq Velvet, una lavandería única en su tipo en México, que, con procesos industriales, lava y desinfecta toda clase de textiles para caballos utilizando productos hipoalergénicos, biodegradables y creados especialmente para los caballos.
SERVICIO ESPECIALIZADO
A los servicios de Eq Velvet se puede acceder vía Whatsapp o a través de la página de internet de la lavandería con lo cual se agenda una cita de recolección indicando el tipo de servicio solicitado y se realiza el pago. Además, se encuentran desarrollando una aplicación móvil que permitirá facilitar el proceso de solicitud del servicio.
“Algo que pensé muchísimo, tanto para la página como para la aplicación, fue agregar un apartado para el “alias” de la persona que te entrega, porque puede ser el propietario o el administrador del hípico quien solicita el servicio, pero, normalmente quien te entrega es un caballerango y pocas veces los conocen por su nombre; para mi era un detalle importante para facilitar el proceso y tener esa atención con quienes están al cuidado de nuestros caballos.”
El tiempo de entrega es de 48 horas y la empresa ofrece modalidades diferentes: todo lo que quepa en una bolsa chica, todo lo que quepa en una bolsa grande y el lavado de camisas de dormir y de tackroom, que se cobra de manera individual. Para un servicio exprés las prendas deben entregarse antes de las 11 am y tiene un costo adicional.
En cada bolsa, el cliente puede colocar vendas, mantillas, caronas, borregas, protectores de viaje, donas protectoras, cuerdas, orejeras, porta botas, ronzales, almartigones de tela —con o sin borrega—, cojín protector para cincho, cincho de tela para dar cuerda o correas de nylon para acicates. La cantidad de piezas determinará el tamaño de la bolsa, misma que es reutilizable y se adquiere con Eq Velvet.
También ofrecen el préstamo de camisas de dormir en dos tamaños, mediano y extra grande; este beneficio se debe coordinar desde antes para garantizar la disponibilidad de las piezas.
Una vez que las prendas llegan a la lavandería, en caso de ser necesario, se cepillan y en algunas ocasiones se aspiran para eliminar el exceso de pelo; se protegen hebillas y herrajes para que no se maltraten y después se selecciona el programa de lavado, el cual depende del tipo de pieza ingresada, ya que no es igual para mantillas que para camisas de dormir, textiles de color o blancos.
“Lo más que hemos quitado en una camisa de dormir son 5 kilos de mugre, entre estiércol, pelo y aserrín, en estos casos, si llegamos a lavar y todavía conserva pelo, se vuelve a cepillar y se vuelve a lavar”, explica Mónica.
La lavadora se encuentra conectada a una serie de dosificadores, los cuales garantizan que se utilice la cantidad adecuada de producto y se mantenga la misma calidad en cada carga. Cuando termina el último enjuague se introduce una tira del PH que indica el grado en que está saliendo la prenda; es importante mencionar que todo se desinfecta.
La pasión de Mónica por los caballos se ve reflejada en cada uno de los detalles y procesos de Eq Velvet, proyecto que acaba de cumplir un año de operaciones y cuyos servicios de recolección abarcan cuatro zonas divididas en hípicos tanto de la Ciudad de México y área Metropolitana y municipios como Texcoco y Toluca.
MAS INFORMACIÓN:
Web: eqvelvet.com
Instagram: @eqvelvet
Tel: 55 1600 6404
info@eqvelvet.com