Carlos Hank Guerreiro es el más joven de los seleccionados mexicanos que forman parte del equipo de salto ecuestre que representará a México en los Juegos Olímpicos de París 2024. En el último año el jinete ha trabajado, junto a su familia y entrenadores en busca del sueño olímpico y este verano portará la casaca roja en los jardines del Palacio de Versalles.

NACE UNA INQUIETUD

Nació en México en junio del año 2000, a los 10 años se mudó con su familia a Estados Unidos y desde el 2019 divide su tiempo entre Wellington, Florida, y Bélgica.

Sus padres, ambos jinetes, lo inspiraron a convertirse en un jinete altamente competitivo, consiguiendo logros importantes desde muy temprana edad.

Con tan solo 13 años, Hank Guerreiro obtuvo su primera victoria en una prueba internacional: el CSI1* Prix Etiqueta Negra 1.40 durante el Longines Global Champions Tour de Cannes en el 2014, montando a Contigo 27.

Fue justamente esa victoria la que puso en su cabeza la idea de algún día representar a su país en unos Juegos Olímpicos.

“Me acuerdo perfecto. A los 13 años tuve la suerte de hacer algunos concursos en Europa, era la primera vez que salía a concursos internacionales y, cuando gané mi primera prueba de 1.40 en Francia, en ese momento se despertó algo, pensé ‘esto es algo que realmente puedo perseguir y creo que puedo tener una oportunidad si le echo ganas y se alinea todo’ a partir de ahí se convirtió en mi sueño”, platica.

En 2016, Carlos Hank formó parte del equipo mexicano que ganó el North American Junior and Young Rider Championships en Parker, Colorado en EU.

Han pasado 10 años desde esa idea y ahora ese momento ha llegado. Carlos estaba en una junta virtual de trabajo cuando recibió la llamada de Mark Laskin, chef d’équipe de salto del equipo mexicano, para darle la noticia de que estaba seleccionado.

“Estuve a punto de no tomar la llamada, porque era una junta importante, pero tuve un sentimiento de que tenía que atenderla; apagué mi cámara, contesté y simplemente fue un momento irreal, estaba en shock”, cuenta todavía emocionado.

EL PROCESO

Desde principios de año, Hank Guerreiro, se puso como meta hacer todo lo que estaba en sus manos con miras a tener la oportunidad de asistir a la justa veraniega de París 2024.

“Este año quería hacer algo diferente, me puse la meta de realmente hacer todo lo que yo podía y que estuviera en mi poder para estar listo y tener la oportunidad de representar a México en los Juegos Olímpicos de París 2024”, explica.

“Desde enero empecé a trabajar muchísimo no solo en mi cuerpo, también en mi mente. Además de ir al gimnasio y comer saludable, trabajé con el mental coach, Bob Rotella, quien me ha ayudado mucho en estos últimos años.

“Realmente me dije a mí mismo que si no llegaba a la Olimpiada no era por no tratar o echarle ganas y me iba a quedar tranquilo con eso”, agrega.

Carlos Hank Guerreiro y H5 Porthos Maestro WH Z han trabajado para lograr el sueño olímpico. Foto: Archivo / Pasión Ecuestre.

A esto se suman los resultados que el jinete ha tenido en diferentes competencias y la consistencia que ha demostrado con sus caballos en el último año, como los primeros lugares en el CSI4* 1.50 en Opglabbeek, Bélgica, el CSI5* 1.50 Classic de Wellington, Florida (ambas montado a H5 Chacco San) y el CSI3* Gran Premio 1.50 en el WEC en Ocala, Florida, así como varias posiciones en el podio y un muy aplaudido 4º lugar en el Longines Global Champions Tour México durante el CSI5* Gran Premio 1.60 a lomos de H5 Porthos Maestro WH Z en abril de este año.

Carlos Hank Guerreiro montando a H5 Porthos Maestro WH Z durante el CSI5* Gran Premio 1.60 del Longines Global Champions Tour México 2024. Foto: Archivo / Pasión Ecuestre.

H5 PORTHOS MAESTRO WH Z

No hay jinete sin caballo y en esta ocasión será H5 Porthos Maestro WH Z (Picasso Z and Ogano Sitte) quien acompañará a Carlos Hank en la prueba de salto ecuestre de la XXXIII Olimpiada de París 2024 que tendrá lugar en los jardines del Palacio de Versalles a partir del 1 de agosto (prueba por equipos) y del 5 de agosto (prueba individual).

“Lo tengo desde que tiene 7 años, lo montaba un niño de 10 años que lo crio con su papá en Bélgica desde que Porthos tenía 4 y quién lo llevó al Campeonato Europeo de Infantiles, después de eso tuvimos la oportunidad de comprarlo” comparte Carlos.

Cuando le preguntamos sobre el carácter de su compañero, confiesa: “La verdad es que al principio me costó mucho trabajo, es un caballo que tiene mucho carácter, mucha sangre.

“Al principio yo lo trataba de educar poniéndole los principios básicos y el trabajo que se necesita para llegar al nivel más alto, pero simplemente al caballo no le gustaba nada de eso…”.

CAMBIO DE ESTRATEGIA

Hank Guerreiro confiesa que los primeros 6 meses con Porthos no fueron como él esperaba, su relación no era buena, así que decidió contactar a su antiguo dueño quien le ofreció una solución.

“Me dijo ‘yo lo dejaba ser como él es, correr un poquito y aunque no se vea lo más elegante y lo más organizado, creo que así es como le gusta al caballo’; lo probé y dicho y hecho, el caballo cambió completamente. Lo sentí de un día para otro, cuando lo dejé ser, el caballo empezó a volar y de ahí no dio ningún paso para atrás, comenzamos a tener una relación muy especial y aunque es un caballo joven (10 años) hemos logrado buenos resultados en poco tiempo y sí, se volvió mi primer caballo”, añade.

Ahora el binomio vivirá la competencia más importante de su carrera al enfrentar a otros 19 equipos durante los Juegos Olímpicos en donde se darán cita los mejores jinetes y caballos del mundo.

UN EQUIPO ESPECIAL

Para Carlos Hank Guerreiro los Juegos Olímpicos de París conjugan dos sueños en uno: poder representar a su país y, además, hacerlo con dos de sus grandes amigos, Eugenio Garza Pérez y Andrés Azcárraga.

“Este equipo es algo muy especial, no solo ser seleccionado, también ir con gente tan cercana. Andrés, Eugenio y yo hemos sido muy, muy cercanos los últimos años, me acuerdo cuando íbamos a Wellington juntos, yo era (categoría) Children y ellos ya eran Young Riders y yo los veía para arriba, pero siempre tuvimos una relación muy cercana y nos apoyamos y nos empujamos a ser mejores”.

Eugenio Garza y Carlos Hank G. volverán a ser coequiperos, esta vez en París.

La voz de la experiencia en el equipo la tiene José Antonio Chedraui Eguía quién para Carlos ha sido un modelo a seguir: “desde que me acuerdo ha sido una figura muy grande en la equitación de México, un gran ejemplo para todos nosotros y también tengo una muy buena relación con él, la verdad es que creo que puede ser algo muy especial”.

Carlos sabe que se enfrentarán contra los mejores binomios, tanto como equipo como en lo individual, pero está convencido de que debe prevalecer la mentalidad ganadora:

“Hay que ir con la mentalidad de ganar, tenemos que creérnosla porque si no, ya la perdiste desde antes. Aun cuando no seamos los favoritos, en un formato como el de la Olimpiada, cómo han venido saltando los caballos y los resultados que ha tenido nuestro País, todo puede suceder. Tenemos que creérnosla e ir y hacer nuestro mejor papel”, concluyó.